Parque Nacional El Rey

Parques Nacionales

Este extenso parque contiene un sector de selvas de montañas, bosques de transición y la zona denominada chaco serrano seco. La altura del terreno, en esta reserva nacional, aumenta de este a oeste oscilando entre los 700 y los 2300 metros sobre el nivel del mar. Su magnífico patrimonio ecológico se abre tan generoso como la naturaleza misma.

El Parque Nacional tiene senderos para ir a pie y caminos para recorrer en vehículo, que dejan ver espectaculares paisajes selváticos, serranos y de aguas cristalinas. Se necesita más de un día para conocer parte de esta reserva, fotografiar la magnitud de la naturaleza que presenta y gozar del avistaje de aves (birdwatching) y de otros animales únicos.

Arroyos cristalinos bajan por las cuestas para surcar el valle, dando origen a un paraíso subtropical. En este vasto territorio se encuentran especies arbóreas diversas, de acuerdo al tipo de selva que se transite. 

Así, en la selva pedemontana o de transición se observan tipas, pacarás, palos blancos y palos amarillos, árboles que rondan los 30 metros de altura. Diferente es el bosque chaqueño serrano, donde árboles como los cebiles, algarrobos blancos y negros, no superan los 10 metros.

La selva montana es el ambiente más húmedo y allí abundan los árboles de gran porte como la tipa, el nogal, el cedro y el horco molle, cubiertos por lianas y enredaderas. El bosque montano es el ambiente de mayor altura dentro de las selvas de montaña. Es frío y se caracteriza por la presencia de pinos del cerro, matos y alisos, que son sus principales especies.

La fauna del Rey es tan diversa como su flora y algunas de las especies que se destacan son el tapir, monos caí, la pava del monte, la charata, pecarí labiado, corzuela parda, pumas, ocelotes y zorros. Este paisaje animal se completa con una extensa variedad de peces, que pueden observarse como a través de un cristal, en las aguas transparentes del río Popayán.

Un poco de historia

Antes de convertirse en reserva nacional, este parque fue bautizado con el nombre "El Rey", el nombre hizo honor a la merced concedida por el Rey de España al primer propietario de estas tierras, Don Juan Adrián Fernández Cornejo, en mérito por acciones realizadas en favor de la corona.

Todavía hoy se pueden apreciar los restos de cimientos de la casona o "sala" de los propietarios de lo que en sus inicios fue una estancia que estuvo ubicada frente a las oficinas de la Intendencia hacia el este, sitio donde hoy se encuentra emplazado el mástil de la Bandera Nacional. Un eucalipto y una casuarina, son los dos árboles que quedaron como únicos testigos de la vida estanciera de principios de siglo.